domingo, 29 de noviembre de 2009

VEREDA DE LA ESTRELLA: OTOÑO POR DENTRO, OTOÑO POR FUERA

Y junto al Abuelo, en donde nos dimos la vuelta, que le dimos el santo y seña: "Otoño por dentro, otoño por fuera" Ahora sí, que ya se acabó la primavera-verano tan eterna.
Y con ese olor a nieve que bajaba de las altas cumbres tan cercanas que me despido. ¡ Hasta la próxima, que nos vemos!
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Vereda de la Estrella por donde hoy caminamos y a nuestras anchas más extensas
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Río Genil que rugía aún más si cabe de alegría por estos primeros aportes
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Y aunque el día estaba un poco triste en cuanto a la luminosidad para la fotografía, aquí que las dejo como prueba
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Percepciones otoñales que ya era hora que nos cayeran encima después de este eterno verano pasado y tan pesado y que acabada como de poner el cartel de "cerrado".
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Pero algunos pocos, 4 para ser exactos, que continuamos hasta el Barranco de San Juan para adentrarnos en este otoño más inmediato y que acabada de abrirse para nosotros. Vereda de la Estrella que le dimos a los pasos y hasta donde nos dejara el viento y/o la lluvia, adheridos a nuestros sentidos como compañeros.
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Junta de los ríos Maitena y Genil para más señas y en donde el otoño empezaba a despuntar en sus primeros y verdaderos bostezos.
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Bueno, la cosa es que ya pintaba a otoño con todas las de la ley de la naturaleza, a pesar de la sombrilla de playa de emergencia. Punto en donde algunos, visto lo visto y lo que caía, se dieron la vuelta para casa.
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VEREDA DE LA ESTRELLA: OTOÑO POR DENTRO, OTOÑO POR FUERA
Pues ya sí que sí, que es verdad; que por allá arriba el otoño empieza a despuntar, a despertarse. A asomar sus colores, sus formas de desnudez y contacto. No muerte, sino ese ciclo de la vida que sobrevive un año tras otro. Almanaque tras almanaque. Recuerdo tras recuerdo. Sienes a la vez doradas del viejo castaño, del veterano roble, del joven arce, de la solitaria hoja que espera esa caricia inmediata; viento tras el aire.
Y como el tiempo, la verdad es que está tan cambiante como alterado, a un día y pico vista del mes de diciembre por el que andamos como recordatorio, sin ir muy lejos y del cercano invierno que seguramente se nos echará encima de inmediato, hasta él y ella que nos acercamos para comprobarlo y cerciorarnos. A ojos abiertos.
Otoño bajo y sobre la Vereda de la Estrella hasta los que nos acercamos sin dudarlo. Ruta que cambiamos por otra, para más señas, y que a pesar de todas las predicciones, allá que nos fuimos al punto de reunión acostumbrado, Albolote. Otros, directamente, sobre la junta de los ríos Maitena y Genil. En donde, tras el cambio de impresiones sobre la marcha, sólo unos pocos decidimos encaminarnos y plantarle cara al agua.
Bueno, que al final nos pusimos como la sopa de sobre y vuelta. Dándonos la misma después de sobrepasar al Abuelo. Porque el viento ya empezó a hacer de las suyas. Como que nos lanzaba las mismas aguas, tan de forma vertical como horizontal.
Pero bueno, allí quedo aquel olor a rastro otoñal, a savia intermitente, a parada cíclica, a huella sobre la naturaleza tan escrita, a horizonte mojado, a nieve tan cercana. Tal y como nos lo trajimos; a pecho abierto. A instante. A chimenea en donde terminamos para calentarnos y secarnos tanto las ropas como los rostros. Como humanos. Entre aquel otoño tan grande, como recién nacido. Agradecidos por todo y cuanto nos había caído encima. Bienvenido seas pues. Tal y como la mismísima lluvia.

domingo, 22 de noviembre de 2009

PANTANO DE QUÉNTAR - TOCÓN DE QUÉNTAR (POR BARRANCOS TINTIN Y PADULES)

Y hasta aquí hemos llegado, Bar El Pastor incluido. Y como siempre...¡ Hasta la próxima !
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Debiendo de cruzar el río Tocón antes de etrar en la plaza principal de este apacible anejo de Quéntar
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Tocón de Quéntar que ya tenemos a un tiro de piedra y/o de honda
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Otoño que se esmeraba en rendir tributo al viajero
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Pasando antes junto a la zona de las Cuevas
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Para enganchar con este otro carril ya muy cerca de Tocón
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Y senderillo que le damos a los pies y con sarna de la buena
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Y aunque aquí como en la montaña, no está ni feo y de menos señalar, sí Jorge de nuevo apuntando bien... ¡ Tocón de Quéntar a la vista!
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Al frente, antes de la curva y descenso, punto de la alambrada por donde cruzamos como ahorro del carril y pasos.
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Y tras el avituallamiento y descanso... ¡ Pues arreando !
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Y aquí, parada oficial para ese bocata que siempre nos sabe a gloria serrana
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... El Calar de Güejar-Sierra, El Toril, El Collado de la Trinchera y todos esos extras de cumbres de regalo como horizonte que vimos al principio
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Y nosotros hacia el frente que ahora tocaba. Pero tal y como apuntaba el amigo Jorge, a la izquierda...
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Con alguna pequeña mina que nos sale al paso, como testigo del pasado y de lo que pesaron seguramente en plomo y esfuerzo.

Dejando atrás el camino que hemos traido y las nubes que comienzan a tomar las altas cumbres de Sierra Nevada
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Y barranco arriba que le damos al sendero de los pasos ahora
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Valle del Padules que rebosaba de otoño y contrastes como vemos

Viejas construcciones que aún nos dan santo y seña del paso del tiempo y de que por aquí anduvieron sus habitantes

Pequeña y blanca ermita incluida
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Viejo Padules con el que nos tropezamos al caminar
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Porque el otoño empuja y empuja, reluce y nos guiña con todo su esplendor
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Encontrándonos junto al sendero con esta pequeña muestra de la flora - endemismo ibero-norteafricano para más señas - y que por aquí sobrevive a casi todo y a todos. Se trata de la Campanula mollis (campanilla de roca). Planta rupícola-calcícola, perteneciente a la familia de las campanuláceas, cuyo hábitat lo podemos localizar principalmente en el Sur de la Península Ibérica y norte de África, entre los paredones y roquedos calizos.
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Y ganando por contra , altura y otoño para la vista
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Nos vamos despidiendo del río Padules...
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Y así, uno tras otro y sin adelantamiento que valga...
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Río Padules que cruzamos en este punto ahora. Sin problemas, vamos!
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...que nos vamos en descenso y con los frenos de contacto puestos
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Y de nuevo, encarrilados por el sendero de los pasos...

Recuperándola en este punto concreto que tenemos delante

Pero bueno, allá enfrente que la volvemos a tener, bajo ese tendido eléctrico de nuevo como referencia y hacia el que nos dirigimos

Y sube que te sube, almendros por los que cruzamos como ahorro de los pasos, ya que el camino continuaba hacia la derecha.

Paraje de Haza Redonda en donde hacemos una pequeña parada para un primer y ligero avituallamiento, aprovachando además para reagruparnos.
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Y con estos pavos y pavas cantando al unísono, y no precisamente un villancico de Navidad.

Y continuando con el Valle del Tintín arriba, por su margen derecha, al poco y con ese giro a la izquierda, cambio de dirección incluido, ya vemos allá arriba el paraje de Haza Redonda
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Arroyo del Tintín que cruzamos en este punto concreto de nuestro recorrido de hoy, como recordatorio de nuestros pasos anteriores
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Y aquí tenemos ya el Barranco y/o Valle del Tintín a nuestra mano izquierda más inmediata
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Altura que vamos ganando en esta primera aupada. Abajo queda el Pantano de Quéntar y la Cueva las Palomas inundada

Y al fondo sobre referencia, el Calar de Güejar Sierra, el Toril, El Collado de la Trinchera y la Loma los Jarales, de izquierda a derecha
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Y junto a la cabra que volvemos a pasar sobre ésta de repetición y adjunta
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Población de Quéntar que vemos allá al fondo, como referencia de las tierras sobre las que pisamos
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Y con "la cabra" allá a lo lejos que ni se inmuta, dando el pego más sorprendente
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Pantano de Quéntar que dejamos atrás con el nivel de sus aguas un tanto bajo como vemos
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Presa del Pantano de Quéntar que debemos de cruzar para comenzar con la ruta que nos ocupa
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Altimetría y perfil de la ruta
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Plano de la ruta realizada
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PANTANO DE QUÉNTAR - TOCÓN DE QUÉNTAR (POR BARRANCOS TINTÍN Y PADULES)
¡ Repetimos ¡ Pues sí, ruta sobre la que volvemos al paso y sobre el pasado (ver anterior si os apetece, y con variante incluida del 24-11-2007, en http://josemerutass.blogspot.com/2007/11/pantano-de-quntartocn-de-quntar-por.html ), por estas tierras de Quéntar –Güejar-Sierra; tan nuestras y de todos como sureñas. La que partiendo desde el Pantano de Quéntar, sobre la cota de nivel de los 1.056 m., nos va elevando, una vez situados al otro lado de la presa construida a base de hormigón y vértigo; y que, continuando por el corto tramo de carretera asfaltada, nos va dando la misma norte y señas de la procedencia y camino que llevan las aguas; de la población de Quéntar, y observando además cómo la Cueva de las Palomas permanece inundada por el líquido elemento. Agua que, y por desgracia, va en descenso que vuela.
Camino a continuación, del presente más inmediato, ya por carril carretero de tierra; el que lleva hasta Güejar Sierra (dirección La Argumosa-Collado de la Trinchera), que pasa al poco junto a la archiconocida escultura de la cabra a secas.
Abandonando a esta altura, el carril principal, giramos a la izquierda, en suave ascenso, pasando a continuación muy próximos a las ruinas del Cortijo del Castillejo. Al poco, y continuando por este carril carretero, tras rodear en parte y en el sentido de las agujas del reloj un cerrete de unos 1.258 m.a., entramos en tierras de Güejar Sierra, allá sobre la cota de nivel de los 1.200 m.a., más concretamente en el Valle del Tintín, uno de los tres afluentes que vierten sus aguas al Pantano de Quéntar y desde donde podemos disfrutar de unas magníficas vistas en panorámica del mismo.
Sobre la cota de nivel de 1.250 m., y punto de unión de los Barrancos de Tintín y Haza Redonda, abandonamos la margen derecha del Tintín, para dirigirnos ahora, con ese giro a la izquierda, hacia Haza Redonda (1.489 m.a.)
A nuestras espaldas tenemos el Calar de Güejar Sierra y el Collado de la Gitana como referencia más inmediata.
Atravesando Haza Redonda, dejando atrás las ruinas del cortijo del mismo nombre, continuando carril arriba, realizando un giro a la derecha, vemos de frente y a los lejos, como referencia, el nuevo Padules a la falda del Zujeiro. A poca distancia observamos unos postes del tendido eléctrico a los que deberemos de dirigirnos; cruzándolos naturalmente por debajo como punto de referencia. Topándonos y/o conectando con la vereda, ahora, que nos conduce al poblado antiguo de Padules. Vereda que nos desciende hasta el río Padules y que debemos de cruzar para pasar a la otra margen del mismo. Marchando a continuación por un sendero señalizado con hito de madera incluido y testigo mudo de la escueta señalización avistada. Sendero que nos va subiendo, en un abrir y cerrar de ojos, hasta el poblado viejo de Padules. Paraje llamado por los lugareños de Los Almendrillos para más señas, y en donde existen numerosas ruinas de antiguas viviendas, construidas a base de mampostería de bloques de piedra caliza y sin argamasa alguna. Construcción muy parecida a las de tipo alpujarreño, con restos incluso de tejados recubiertos de launa, composición y forma de los típicos "terraos", en donde existe una pequeña y blanca ermita, que aún permanece en pie y en buen estado de conservación por cierto.
Aprovechando aquí para deleitarnos con las estupendas vistas otoñales con las que nos regala la naturaleza como premio. Observamos pues y aquí gran parte de la Loma del Camarate, y a la derecha el Collado del Alguacil.
Tras esta pequeña parada, continuaremos con el camino de los pasos por una vereda que asciende Barranco de los Lastonares arriba, atravesando estas ruinas del antiguo Padules, para dirigirnos hacia unos postes de electricidad, como referencia, alcanzando la máxima cota allí de la ruta, 1.585 m.
Estamos ahora sobre el paraje llamado Los Lastonares; una extensa llanura en donde abundan las gramíneas perennes, y que según cuentan estuvo sembrada literalmente de minas durante la guerra civil española. Alternadas además con otras, éstas ahora de plomo y tan naturales, y como testigos del pasado con el que nos encontramos.
Llanura, y aire libre hoy, que atravesaremos, pasando del término municipal de Güejar Sierra al de Quéntar nuevamente, coincidiendo dicha línea divisoria con un cortafuegos, practicado junto al primer pinar con el que nos topamos, una parada para el avituallamiento más que necesario.
Continuando con la marcha, a nuestra derecha y/o espaldas, perpendicular al cortafuegos, junto a unas bañeras que al parecer sirven como de abrevadero para el ganado, cogemos un carril carretero, por donde "circulamos" primeramente en ascenso, para después bajar durante unos 300 m. hasta que nos encontramos con una alambrada, hecha para proteger las plantas de repoblación (pinos y encinas y también algo de roble), y que debemos de cruzar, entrando por el paso habilitado al efecto, 10 ó 12 m. a la izquierda de la cancela metálica y un poco antes de una cerrada curva que hace el carril también a la izquierda en este tramo del descenso.
Una vez dentro, empezamos a bajar barranco abajo,( 1 Km. aproximadamente), pero no hasta el final; pues debemos de buscar la salida de la cerca, que la encontraremos desviándonos a la derecha por un antiguo carril, que hoy mas bien parece una vereda ancha. Volvemos a atravesar la cerca y/o alambrada por otro nuevo paso habilitado, volviéndola a dejar como estaba, y ya nos encontramos con el carril que nos conduce hasta Tocón de Quéntar; dejando a nuestra derecha antes una de las cuevas de esta zona de las que ha tomado el nombre, y de escasa profundidad por cierto.
Así que, aquí estamos, en Tocón de Quéntar, sobre los 1.250 m.a, río incluido y que cruzamos; punto final de esta ruta de hoy y en donde terminamos. Bar El Pastor para más señas, y sitio más que agradable en donde aprovechamos para refrigerarnos y vitaminarnos con los líquidos y sólidos que allí sirven.
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DATOS BÁSICOS DEL RECORRIDO:

- Acceso: Aunque para ésta, y debido al gran número de participantes, nosotros utilizamos el servicio de autocar que habitualmente tenemos contratado (que nos dejó por cierto junto al Pantano de Quéntar- junto a la Presa del mismo- recogiéndonos después en Tocón de Quéntar), para grupos más reducidos se puede utilizar el sistema de doble vehículo.
-Itinerario: Pantano de Quéntar, Barranco/Arroyo Tintín, Haza Redonda, río Padules, ruinas del viejo Padules (Los Almendrillos), Los Lastonares, Las Cuevas, Tocón de Quéntar.
- Participantes: 52 miembros de nuestro Club de Senderismo el Bastón
-Trayecto: lineal
-Distancia del recorrido: 15,5 km.
-Dificultad: Baja-media
- Duración: 5 h. y 30 ‘ con descansos incluidos.
- Máximo desnivel: 529 m.
-Agua: Arroyo Tintín, RíosPadules y Tocón.

Descargar el track de la ruta: