Y con ésta que me despido, mesa del jurado junto al Ayuntamiento de esta acogedora localidad alpujarreña de la Contraviesa, Sorvilán para más señas. Quedamos los cuartos, efectivamente, en el concurso, pero que no sobró ni caldo del choto, os lo aseguro. Ni de la sartén oficial puesta a concurso, ni de la nuestra propia que nos guisó nuestro compañero Maroto. Gracias compañeros, muchas gracias Sorvilán y encantado !
cuya misión es unir
la rima y el fundamento,
y en cinco versos decir
lo que siente el pensamiento.
*
Todo un éxito de fiesta y organización... Vamos y que brindamos por ella!
Y junto con la carne tan preciada, un buen caldo y/o caldos de la tierra para acompañarlos. Aquí, distintas muestras de los mismos con las etiquetas y nombres de los que colaboraron... Mostos y caldos...tintos y blancos. Los mejores, claro, los primeros que se terminaron!
* Para encontrarnos con esto... La Fiesta del Choto, en pleno bullicio y nunca mejor dicho en la plaza del pueblo. Nuestra meta más que gastronómica de hoy. En ésta, nuestros dos cocineros, en el centro de la fotografía, junto a los fogones y "cuerpos del delito", el oficial y extra del mismo: El de azul marino y verde pistacho (que el del delantal sólo comió y comió, bebió y bebió...) Bueno, la verdad es que todos comimos y bebimos , rebañamos las sartenes, y hasta nos echamos unas palmas y algún que otro bailecillo antes de subirnos al autocar, no?
Aquí, por una de las calles de bajada hacia la Plaza del Ayuntamiento e Iglesia de Sorvilán
* Terminando con el carril de los pasos, con esas antenas de telefonía y T.V. al fondo que tenemos como referencia más inmediata y ese giro a la derecha en descenso, ya hacia Sorvilán, junto a la pequeña construcción de color blanco que vemos.
Aquí, dos "miembras" y buenas ojeadoras de nuestro Club El Bastón que nos pusieron sobre aviso al ver las señales de humo del evento
*Sorvilán, panorámica de este blanco pueblo alpujarreño, perla de la Comarca de la Contraviesa, que ya tenemos delante de nuestros ojos, y con ese sonido del bullicio en la Plaza del pueblo que nos reclamaba, aroma del choto incluido.*
Y ya por fín que coronamos la divisoria de la Loma de la Peña de La Zorra, con ese último esfuerzo. Menos mal que el día se prestó y el sol no hizo mella y escala en nuestras cabezas. "Chapó" para el tiempo previsto, que por aquí aún ni gota de lluvia!
*Y "abriendo huella" como se suele decir por el camino de la alta y blanca montaña, y nunca mejor dicho, pero ahora sobre la hierba
* Pero aquí, ya con el camino que casi que se nos pierde de vista. Debiendo de subir por esta ladera sembrada de almendros
* Sendero que es toda una delicia por primavera como vemos
* Pasando al rato por estas ruinas del Cortijo Los Patricios
* Y todo hacia adelante...! Y éste otro, sobre el cruce de nuestro camino...Ahora a la izquierda!
Y este otro, con el mar al fondo...*
Y con este otro panel como referencia ahora, a la vera del carril carretero que nos ocupa
* Aquí, una de tantas curvas de la pista
Con este panel informativo que dejamos atrás, también como referencia de los pasos
*
Con esta vista del mismo como despedida y sobre la primavera del presente. Vistas que seguiríamos teniendo del mismo a lo largo del tramo carril carretero que llevamos, y a nuestra mano derecha como referencia.
Bajada que realizamos desde el pueblo, por este mismo tramo del camino que nos trajo, para atravesar el Barranco de Polopos.
Volviéndonos sobre nuestros pasos, callejeando por esta pueblo tan costero como "serrrano", nunca mejor dicho y en doble sentido de la palabra.
*
Concurso de trovos, con los que se amenizó la misma a su término. El Trovo es una forma musical tradicional de la Alpujarra, cuya capital del mismo se le adjudica a Murtas, proyectada en estrofas de cinco versos octosílabos (quintilla), y basada en la improvisación de la "poesía dialogada", acompañada de una instrumentación musical, al ritmo de fandango antiguo, con el acompañamiento de la guitarra, los violines y la bandurria, y de lo más popular y participativa. En donde hombres y mujeres arrancan de su alma llanos versos para levantarlos al aire, con esa emoción asegurada hacia el público que los acompaña y arropa. Sus improvisadas letras también suelen ser sarcásticas y mordaces, contando la rapidez de las respuestas de unos a otros, lo que los alpujarreños llaman el arte de repentizar, y cuando dos troveros lo hacen desafiándose se le llama la picaílla. La mejor definición del trovo, recogida por Eduardo Castro en su obra “Guía General de La Alpujarra” (1992), es la que hace Juan el de las Migas (Juan López Valentín), de Albondón, cuando dice:
Trovar es rápido invento,cuya misión es unir
la rima y el fundamento,
y en cinco versos decir
lo que siente el pensamiento.
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Todo un éxito de fiesta y organización... Vamos y que brindamos por ella!
Y junto con la carne tan preciada, un buen caldo y/o caldos de la tierra para acompañarlos. Aquí, distintas muestras de los mismos con las etiquetas y nombres de los que colaboraron... Mostos y caldos...tintos y blancos. Los mejores, claro, los primeros que se terminaron!
* Para encontrarnos con esto... La Fiesta del Choto, en pleno bullicio y nunca mejor dicho en la plaza del pueblo. Nuestra meta más que gastronómica de hoy. En ésta, nuestros dos cocineros, en el centro de la fotografía, junto a los fogones y "cuerpos del delito", el oficial y extra del mismo: El de azul marino y verde pistacho (que el del delantal sólo comió y comió, bebió y bebió...) Bueno, la verdad es que todos comimos y bebimos , rebañamos las sartenes, y hasta nos echamos unas palmas y algún que otro bailecillo antes de subirnos al autocar, no?
Aquí, por una de las calles de bajada hacia la Plaza del Ayuntamiento e Iglesia de Sorvilán
* Terminando con el carril de los pasos, con esas antenas de telefonía y T.V. al fondo que tenemos como referencia más inmediata y ese giro a la derecha en descenso, ya hacia Sorvilán, junto a la pequeña construcción de color blanco que vemos.
Aquí, dos "miembras" y buenas ojeadoras de nuestro Club El Bastón que nos pusieron sobre aviso al ver las señales de humo del evento
*Sorvilán, panorámica de este blanco pueblo alpujarreño, perla de la Comarca de la Contraviesa, que ya tenemos delante de nuestros ojos, y con ese sonido del bullicio en la Plaza del pueblo que nos reclamaba, aroma del choto incluido.*
Y ya por fín que coronamos la divisoria de la Loma de la Peña de La Zorra, con ese último esfuerzo. Menos mal que el día se prestó y el sol no hizo mella y escala en nuestras cabezas. "Chapó" para el tiempo previsto, que por aquí aún ni gota de lluvia!
*Y "abriendo huella" como se suele decir por el camino de la alta y blanca montaña, y nunca mejor dicho, pero ahora sobre la hierba
* Pero aquí, ya con el camino que casi que se nos pierde de vista. Debiendo de subir por esta ladera sembrada de almendros
* Sendero que es toda una delicia por primavera como vemos
* Pasando al rato por estas ruinas del Cortijo Los Patricios
* Y todo hacia adelante...! Y éste otro, sobre el cruce de nuestro camino...Ahora a la izquierda!
Y este otro, con el mar al fondo...*
Y con este otro panel como referencia ahora, a la vera del carril carretero que nos ocupa
* Aquí, una de tantas curvas de la pista
Con este panel informativo que dejamos atrás, también como referencia de los pasos
*
Con esta vista del mismo como despedida y sobre la primavera del presente. Vistas que seguiríamos teniendo del mismo a lo largo del tramo carril carretero que llevamos, y a nuestra mano derecha como referencia.
Bajada que realizamos desde el pueblo, por este mismo tramo del camino que nos trajo, para atravesar el Barranco de Polopos.
Volviéndonos sobre nuestros pasos, callejeando por esta pueblo tan costero como "serrrano", nunca mejor dicho y en doble sentido de la palabra.
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Punto éste hasta donde nos acercamos, junto a un magnífico mirador, como pequeña visita al pueblo, con estos mensajes de bienvenida e informativos de Polopos
Portada y torre de la Iglesia Parroquial de Popolos*
Aquí, ejemplares de la llamada por aquí "amapola loca" que no es otra que la adormidera "Papaver somniferum"
Primavera que por aquí se desbordaba, en sus colores tan primitivos como puros
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Acercándonos al poco hasta sus lavaderos públicos, no hace mucho restaurados
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Ya tenemos a la localidad de Polopos a un tiro de piedra, sobre un paisaje más que mediterráneo costero*
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Y aquí, panel informativo del mismo
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Aquí, tramo del citado sendero local, que nos deja sobre el carril carretero que tenemos delante
Y aquí, nuestra "tropa" continuando con el ataque
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Y hasta aquí que nos bajó y dejó el autocar, para dar comienzo con la andadura. Camino del Portichuelo - de La Mamola a Polopos - para más señas con el dato
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Lo que decía, viñas y más viñas... Pero qué magnífica tierra ésta!
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Y aquí, otra vista, ahora más cercana de Polopos, desde la Haza del Lino. Como detalle, todas esas laderas cubiertas de viñas que hacen de esta zona toda una referencia del buen vino. Al fondo vemos el Mar Mediterráneo
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Venta de la Haza del Lino, en donde hacemos una pequeña parada
Antigua Venta "Las Tontas", la actual Venta Cañadas, que dejamos atrás también a nuestro paso motorizado
Y con unas magníficas de idem. de las cumbres de esta vertiente Sur de Sierra Nevada. Y a pesar de que el día andaba un poco tonto, incluso se pronosticaban fuertes lluvias, todo un espectáculo sobre la panorámica del entorno.
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Vista de Polopos, con la de los invernaderos de Castell del Ferro abajo sobre la costa de nuestro mar Mediterráneo, que ya tenemos también a nuestra mano derecha como referencia
Tras dejar a nuestra derecha y atrás, a nuestro paso motorizado, la imponente Sierra de Lújar, por el tramo de carretera, camino y cruces indicados...
*
POLOPOS – SORVILÁN (CON FIESTA DEL CHOTO INCLUIDA EN ESTA ÚLTIMA LOCALIDAD)La ruta de hoy, y de las “más provechosas” la programamos, en el doble sentido de la palabra, para darle además de ese acompañamiento al albero de los pasos, realizando previamente una pequeña ruta de las denominadas de media jornada, la que nos llevaría desde el pueblo de Polopos hasta el de Sorvilán, de unos 10 Km.de recorrido; asistiendo al final, en esta última localidad alpujarreña de la Contraviesa, a la famosa y ya tradicional “Fiesta del Choto” de Sorvilán.
Así que, para ya que vamos en autocar hasta las proximidades del pueblo costero-serrano de Polopos. Carretera de la Costa, la A-44, desde Granada (al parecer ya, el próximo mes de junio, por fin, Autovía al completo), que tomamos, rodeando, esperemos que una de “nuestras últimas veces” la Presa de Rules, poniendo rumbo con dirección a Órgiva por esta margen izquierda del valle del Guadalfeo. Localidad que dejamos atrás a nuestra mano izquierda. Y así seguimos (curva va, curva viene), por esta carretera hasta tomar el desvío de Polopos.
Carretera que asciende y asciende, con lo mimo de lo mismo en su curvatura, como buena carretera serrana, con la Sierra de Lújar a nuestra derecha como referencia y la Contraviesa, arrancando a nuestra izquierda.
Una vez en todo lo alto, pasamos la antigua Venta las Tontas (la actual Venta Cañadas); al poco, un magnífico alcornocal de propiedad privada, considerado como único por estas tierras de altura de la Sierra de la Contraviesa (a unos 1.200 m.a.) y uno de los más antiguos de nuestra península ibérica, situado sobre la Haza del Lino, en donde hacemos una pequeña parada en su famosa Venta; comenzando tras ella con la bajada en picado. Dejándonos el autocar, al poco, desechando el desvío a la derecha y entrada oficial al núcleo de Polopos y continuando carretera abajo, justo hasta un ensanche a la derecha de la misma, junto a un carril que nos llevaría al citado pueblo de nuestra comarca de la Costa Tropical granadina. Opción ésta y tan personal del conductor, que no se atrevió con “el monstruo”a bajarnos hasta la entrada del mismísimo pueblo (más tarde nos enteraríamos, por uno de sus habitantes, que tiene varios autocares de estilo del nuestro, que se puede bajar perfectamente; eso sí, pero con mucho cuidado en las curvas y tan despacio). Quedamos avisados para la próxima!
Así que aquí estamos sobre este carril o pista, que arranca junto a la carretera, Sendero rústico de La Mamola a Polopos, Camino del Portichuelo para ser más exactos, dirigiéndonos hacia Polopos, con dirección Este-Oeste, para dar comienzo a la ruta que hoy nos ocupa y como aperitivo de la jornada gastronómica como añadidura. Decir que nuestros cocineros (el oficial y participante al concurso, amigo de nuestro Maroto, y éste último como segunda opción a nuestro choto tan parcicular, ya estaban sobre aviso de que andábamos en ruta. Y ellos, allá por Sorvilán, preparando los chotos, la lumbre y esa chispa maestra como detonante y añadidura.
Camino del Portichuelo que tomamos y que tras pasar por los lavaderos restaurados, nos adentramos en Polopos, para realizar una pequeña visita, comprar algo de vino y pan de esta tierra tan buena, volviendo hasta los lavaderos.
Caminamos ahora un poco por el inicialmente tomando Sendero Rústico, el que baja de Polopos a la Mamola, cruzando acto seguido por el Barranco de Polopos, que nos remonta, dejando a la izquierda el desvío que iniciamos del Portichuelo, Sendero de Los Lobos y a la derecha el Camino Nuevo del Higuerón. La vista del mar abajo, en días mejores que el de hoy, un poco nublado, es más que esplendida sobre el Mar Mediterráneo y la costa de Castell de Ferro, allá abajo con sus invernaderos a modo de grandes espejos (aquí sobre gustos hay colores)
A unos 45' aprox. llegamos a un cruce indicando a izquierda hacia la carretera de la Contraviesa y a la derecha -a donde nos dirigimos- dirección La playa de La Mamola y el Cortijo de Los Patricios cuyo desvío aparece a la izquierda bajando un par de minutos más, dejando ya el camino principal y girando en dirección este-noreste por camino de servicio que nos lleva al Cortijo de los Patricios aproximadamente tras 1h.15-20'. Cortijo que hoy vemos en ruinas, como referencia y añadidura.
Seguimos dirección Este hasta que el camino casi desaparece por el espeso manto de hierba, ahora tendremos que ir "abriendo huella" a la fuerza.
Una vez que cruzamos un primer barranco, ya no hay rastro de verea ni sendero, sino bancales de magníficos almendros, cuajados de su fruto aterciopelado por estas fechas, ya que tras ser labrados han borrado el antiguo camino; pero que, con el buen ojo y orientación del amigo Amador, jefe de esta expedición sendero-gastronómica, y autor de esta descripción casi al completo, nos dirigimos ascendiendo hasta el borde de una viña girando a nuestra derecha para ya retomar otra vez el sendero que nos lleva a un pequeño carril de tierra que baja por la Loma de la Peña de la Zorra y conecta con la Carretera que baja desde Sorvilán a la Playa del Lince. Como se deduce y observa, de esta geografía tan nuestra y cercana, cada pueblo y su correspondiente término municipal de esta zona bajan a la Costa de forma rectangular, correspondiéndoles un trozo de playa a cada uno; históricamente también obedece al temor fundado a los desembarcos de los piratas berberiscos que asolaban estas costas fundamentalmente el S.XVI y parte del XVII, de modo que mejor era protegerse "mas arriba" mientras tanto.
Retomamos la historia ahora de nuestros pasos, remontando el camino de tierra que en breve se separa de la loma girando a derecha y tras suaves repechos asoma cerca de la Carretera con vistas a Sorvilán (a la derecha) y su Venta muy socorrida en otros tiempos. Nos dejamos caer por una vereda y luego camino de cemento, llegando a Sorvilán en unas 2 h.45', a 3 h. aproximadamente incluyendo la visita a Popolos y pequeños descansos.
Y ya, sí que sí, que los chotos nos estaban esperando. Una gran fiesta ésta, la del choto, tan peculiar como tradicional la de Sorvilán, en donde la cata del buen vino como añadidura, de estas tierras más que famosas por su nobleza y soleadas en altura, con aires casi tropicales hacen que el viajero se sienta como en casa. Desde aquí mi agradecimiento personal y colectivo de nuestro club que, aunque quedamos oficialmente en el 4º puesto, fue toda una gozada compartir mesa y mantel placentero, en esa famosa plaza ya compartida. Tan brava como culinaria, pero sin barreras que valgan.
En donde los trovos, quintillas –estrofas de cinco versos, normalmente octosílabos– fueron la guindilla más que cantada; y con ese acompañamiento musical con instrumentos a la cuerda viva, todo un espectáculo popular. Letras más que mordaces, improvisadas y en directo, cuya rapidez en las respuestas de sus trovadores (de ahí la palabra) nos hicieron vibrar a más de uno. Arte que por aquí les llaman, sus habitantes alpujarreños, el de repentizar, del que se organizan festivales y competiciones. Salero que corrió como la pólvora, junto al ambiente aún sin extinguir de la leña humeante sobre las fogatas culinarias, y ese olor a fiesta basada en el recuerdo. ¡Que encantados y hasta la próxima, Sorvilán!
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Así que, para ya que vamos en autocar hasta las proximidades del pueblo costero-serrano de Polopos. Carretera de la Costa, la A-44, desde Granada (al parecer ya, el próximo mes de junio, por fin, Autovía al completo), que tomamos, rodeando, esperemos que una de “nuestras últimas veces” la Presa de Rules, poniendo rumbo con dirección a Órgiva por esta margen izquierda del valle del Guadalfeo. Localidad que dejamos atrás a nuestra mano izquierda. Y así seguimos (curva va, curva viene), por esta carretera hasta tomar el desvío de Polopos.
Carretera que asciende y asciende, con lo mimo de lo mismo en su curvatura, como buena carretera serrana, con la Sierra de Lújar a nuestra derecha como referencia y la Contraviesa, arrancando a nuestra izquierda.
Una vez en todo lo alto, pasamos la antigua Venta las Tontas (la actual Venta Cañadas); al poco, un magnífico alcornocal de propiedad privada, considerado como único por estas tierras de altura de la Sierra de la Contraviesa (a unos 1.200 m.a.) y uno de los más antiguos de nuestra península ibérica, situado sobre la Haza del Lino, en donde hacemos una pequeña parada en su famosa Venta; comenzando tras ella con la bajada en picado. Dejándonos el autocar, al poco, desechando el desvío a la derecha y entrada oficial al núcleo de Polopos y continuando carretera abajo, justo hasta un ensanche a la derecha de la misma, junto a un carril que nos llevaría al citado pueblo de nuestra comarca de la Costa Tropical granadina. Opción ésta y tan personal del conductor, que no se atrevió con “el monstruo”a bajarnos hasta la entrada del mismísimo pueblo (más tarde nos enteraríamos, por uno de sus habitantes, que tiene varios autocares de estilo del nuestro, que se puede bajar perfectamente; eso sí, pero con mucho cuidado en las curvas y tan despacio). Quedamos avisados para la próxima!
Así que aquí estamos sobre este carril o pista, que arranca junto a la carretera, Sendero rústico de La Mamola a Polopos, Camino del Portichuelo para ser más exactos, dirigiéndonos hacia Polopos, con dirección Este-Oeste, para dar comienzo a la ruta que hoy nos ocupa y como aperitivo de la jornada gastronómica como añadidura. Decir que nuestros cocineros (el oficial y participante al concurso, amigo de nuestro Maroto, y éste último como segunda opción a nuestro choto tan parcicular, ya estaban sobre aviso de que andábamos en ruta. Y ellos, allá por Sorvilán, preparando los chotos, la lumbre y esa chispa maestra como detonante y añadidura.
Camino del Portichuelo que tomamos y que tras pasar por los lavaderos restaurados, nos adentramos en Polopos, para realizar una pequeña visita, comprar algo de vino y pan de esta tierra tan buena, volviendo hasta los lavaderos.
Caminamos ahora un poco por el inicialmente tomando Sendero Rústico, el que baja de Polopos a la Mamola, cruzando acto seguido por el Barranco de Polopos, que nos remonta, dejando a la izquierda el desvío que iniciamos del Portichuelo, Sendero de Los Lobos y a la derecha el Camino Nuevo del Higuerón. La vista del mar abajo, en días mejores que el de hoy, un poco nublado, es más que esplendida sobre el Mar Mediterráneo y la costa de Castell de Ferro, allá abajo con sus invernaderos a modo de grandes espejos (aquí sobre gustos hay colores)
A unos 45' aprox. llegamos a un cruce indicando a izquierda hacia la carretera de la Contraviesa y a la derecha -a donde nos dirigimos- dirección La playa de La Mamola y el Cortijo de Los Patricios cuyo desvío aparece a la izquierda bajando un par de minutos más, dejando ya el camino principal y girando en dirección este-noreste por camino de servicio que nos lleva al Cortijo de los Patricios aproximadamente tras 1h.15-20'. Cortijo que hoy vemos en ruinas, como referencia y añadidura.
Seguimos dirección Este hasta que el camino casi desaparece por el espeso manto de hierba, ahora tendremos que ir "abriendo huella" a la fuerza.
Una vez que cruzamos un primer barranco, ya no hay rastro de verea ni sendero, sino bancales de magníficos almendros, cuajados de su fruto aterciopelado por estas fechas, ya que tras ser labrados han borrado el antiguo camino; pero que, con el buen ojo y orientación del amigo Amador, jefe de esta expedición sendero-gastronómica, y autor de esta descripción casi al completo, nos dirigimos ascendiendo hasta el borde de una viña girando a nuestra derecha para ya retomar otra vez el sendero que nos lleva a un pequeño carril de tierra que baja por la Loma de la Peña de la Zorra y conecta con la Carretera que baja desde Sorvilán a la Playa del Lince. Como se deduce y observa, de esta geografía tan nuestra y cercana, cada pueblo y su correspondiente término municipal de esta zona bajan a la Costa de forma rectangular, correspondiéndoles un trozo de playa a cada uno; históricamente también obedece al temor fundado a los desembarcos de los piratas berberiscos que asolaban estas costas fundamentalmente el S.XVI y parte del XVII, de modo que mejor era protegerse "mas arriba" mientras tanto.
Retomamos la historia ahora de nuestros pasos, remontando el camino de tierra que en breve se separa de la loma girando a derecha y tras suaves repechos asoma cerca de la Carretera con vistas a Sorvilán (a la derecha) y su Venta muy socorrida en otros tiempos. Nos dejamos caer por una vereda y luego camino de cemento, llegando a Sorvilán en unas 2 h.45', a 3 h. aproximadamente incluyendo la visita a Popolos y pequeños descansos.
Y ya, sí que sí, que los chotos nos estaban esperando. Una gran fiesta ésta, la del choto, tan peculiar como tradicional la de Sorvilán, en donde la cata del buen vino como añadidura, de estas tierras más que famosas por su nobleza y soleadas en altura, con aires casi tropicales hacen que el viajero se sienta como en casa. Desde aquí mi agradecimiento personal y colectivo de nuestro club que, aunque quedamos oficialmente en el 4º puesto, fue toda una gozada compartir mesa y mantel placentero, en esa famosa plaza ya compartida. Tan brava como culinaria, pero sin barreras que valgan.
En donde los trovos, quintillas –estrofas de cinco versos, normalmente octosílabos– fueron la guindilla más que cantada; y con ese acompañamiento musical con instrumentos a la cuerda viva, todo un espectáculo popular. Letras más que mordaces, improvisadas y en directo, cuya rapidez en las respuestas de sus trovadores (de ahí la palabra) nos hicieron vibrar a más de uno. Arte que por aquí les llaman, sus habitantes alpujarreños, el de repentizar, del que se organizan festivales y competiciones. Salero que corrió como la pólvora, junto al ambiente aún sin extinguir de la leña humeante sobre las fogatas culinarias, y ese olor a fiesta basada en el recuerdo. ¡Que encantados y hasta la próxima, Sorvilán!
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DATOS BÁSICOS DEL RECORRIDO:
-Acceso desde Granada: Tomando la carretera de la Costa, la A-44, con dirección Motril, nos desviamos por el e cruce de Vélez para rodear la Presa de Rules (esperemos que por última vez), con dirección ahora a Órgiva. Población ésta última que dejamos atrás, a nuestra mano izquierda, continuando por la Carretera que traemos por la margen izquierda del valle del río Guadalfeo, hasta encontrarnos con el cruce de Polopos. Carretera en ascenso que tomanos, con la Sierra de Lújar a nuestra derecha, y las cumbres Sierra Nevada a nuestra izquierda. Pasando a continuación por las Ventas de Cañadas y Haza del Lino (en donde hacemos una pequeña parada), para terminar en nuestro destino, las proximidades de Polopos.
- Itinerario: Sendero rústico de la Mamola a Polopos, Barranco de Polopos, Polopos, Barranco de Polopos, Cortijo Los Patricios, Loma de laPeña de la Zorra, Sorvilán.
- Participantes: 25 miembros del Club Senderista El Bastón
- Trayecto: lineal
- Distancia del recorrido: unos 10 Km.
- Participantes: 25 miembros del Club Senderista El Bastón
- Trayecto: lineal
- Distancia del recorrido: unos 10 Km.
- Duración: 2 horas y 45 m. ( 3 horas con pequeños descansos incluidos)
- Agua: llevar
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